"Podemos perdonar a un hombre por hacer una cosa útil mientras él no la admire. La única excusa para hacer una cosa inútil es que uno la admire intensamente"
La cita -Prefacio de El retrato de Dorian Gray de O. Wilde- es inmejorable, desgarrando al arte de cualquier fin, mostrando entre sus palmas el esplendor del L'Art Pour L'Art del siglo XIX, acallando cualquier clamor de funcionalismo marxista. El mensaje es inmejorable. Pero lo excelso de la frase no estriba en su contenido, sino en su forma laberíntica -léanla de vuelta, una y otra vez, se vuelve incomprensible. El hecho de que el contenido no se haya resquebrajado todo al circularla -Beckett & Girondo- hace a un engaño clasicista o, peor aún, honra a cualquier microrrelato -izquierda naif- de Galeano. No se deje engañar, exija su factura formal.
AI/IA
Hace 5 días