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miércoles, 24 de febrero de 2010

Leibniz y la fealdad (criptomnesia)

"Leibniz concibe el universo como una inmensa jerarquía de seres vivos y sensibles, que forman un conjunto armónico. En este sistema lo inconcebible es la fealdad, puesto que en el mundo no hay más que armonía" (Raymond Bayer, Historia de la estética)

Lo inconcebible es la fealdad, pensaba Leibniz, el mismo filósofo que proclamaba que el mundo en que vivimos es siempre el mejor de los posibles -construyó esta última hipótesis a través de no sé qué cálculo matemático. En el ensayo sobre estética incluído en mi novela, yo arribé a la misma conclusión aunque no descarto alguna criptomnesia: lo inconcebible es la fealdad. Pero no como una idea celebratoria y feliz como el alemán, sino trágica y pesimista. Ya que la belleza, según la perspectiva de mi novela, o al menos la del ensayo sobre estética que anida en mi novela, es el principal ardid del control social.


Criptomnesia:... busqué la palabra criptomnesia en el diccionario, pero está ausente en la Real Academia. De todos modos, existe mal que les pese y es una especie de recuerdo velado. Por ejemplo llegar a la conclusión de que la fealdad es lo inconcebible sin darme cuenta de que yo ya lo había leído anteriormente en Leibniz en el libro Historia de la estética. Por otro lado, la idea de la ubicuidad de la belleza se encuentra en otros autores, como por ejemplo, Hegel, quien dice que la belleza es el "genio amigo" que encontramos en todos lados: iluminista ambición de que el Espíritu se devore al universo entero. Y beba toda su oscuridad. Y sólo sobrevivan las luces de la razón.

7 comentarios:

Unknown dijo...

pero... pero... PEEEEEROOOOO... no será que Bayer va demasiado lejos?? es decir, y restringiéndome sólo al extracto que está aquí publicado, puede haber una ligereza en su pensamiento... me pregunto: acaso la armonía es necesariamente bella? Habría que escudriñar bien en el pensamiento leibniziano para averiguarlo... y con los escasos recuerdos que tengo de las páginas estudiadas, podría afirmar con relativa certeza que en ningún momento está excluída la fealdad, al menos no expresamente... dentro del sistema de Leibniz están incluídas todas las mixturas posibles, porque el conjunto de las mónadas, su expresión y convivencia, obedecen a la armonía universal, no las mónadas consideradas en sí mismas... no sé si me logro explicar decentemente, pero creo que se ve hacia dónde estoy apuntando: me parece que no se ha considerado lo suficiente el concepto de "armonía". Recuerdo que una manera de explicarlo era: Imagínense -decía el profesor- una gran orquesta que toca la melodía más sublime del mundo, cada instrumento, tomado por separado, corresponde a las mónadas, y la obra musical corresponde al universo. Da lo mismo cómo sean los instrumentos y si suenan bien o mal por separado, lo que importa es la obra musical.
Y si estoy entendiendo bien, me parece perfectamente imaginable un universo armónico que porte en sí mismo opuestos como belleza y fealdad... incluso, si voy más lejos, a lo más y es necesaria la fealdad para la armonía universal.

Uy, esto me está pareciendo un temible delirio de insomne. XD.

Un fuerte abrazo y cariños transandinos!!!

Anónimo dijo...

shhhh... que se van a dar cuenta que soy un ignorante.

De todos modos, es claro que es una concepción clásica de la belleza, regida por la armonía.

Gracias por tu comentario, me empuja a seguir investigando. Y seguí comentando, pero no me dejes tan mal parado. Beso

Gastón Córdova dijo...

Lo divertido sería ser una mónada -o un mono- autonomamente feo y poder así arruinar la belleza universal. En eso reside la resistencia.

Volviendo a lo que decís vos, me parece, con todo respeto (ja), que estás pensando en una belleza pasando el umbral de la modernidad. Andá a decirle a Alberti o a Leonardo Da Vinci que una o dos de sus mónadas quedaron feas como monos pero que eso no arruina la obra en su totalidad. Que los monos no arruinan el elevado Humanismo de sus obras. Pegarían el grito en el cielo y echarían inmediatamente el óleo a la hoguera.

Gastón Córdova dijo...

Releyendo la zona Leibniz en Bayer, se entiende mejor lo inconcebible de la fealdad ya que la metafísica de Leibniz tiene reminiscencias platónicas. Cada mónada está dirigida por una fuerza que parte de una esencia. Esa esencia es perfecta, la mónada puede evolucionar, pero entre los diferentes grados no hay una diferencia de naturaleza, no varian de imperfectas a perfectas o al revés. Son eternamente perfectas. Son bellas aún sin evolucionar.


Saludos.

Gastón Córdova dijo...

Por lo antedicho, el mundo siempre es el mejor de los posibles, por su perfección inmanente. Si hubiera una pizca de fealdad en este mundo habría uno mejor. Siempre desde Leibniz claro; para mí, éste es el peor de todos ja.

Eliz dijo...

"...Después de todo hay hombres que no fui y sin embargo quise ser..sino por una vida... al menos por un rato...
En cambio hay hombres que fui y ya no soy ni puedo ser...."

Anónimo dijo...

El hombre es como el oso, cuanto más feo más hermoso....ahora, perdón por la ignorancia pero cunando hablamos de belleza y de fealdad ¿hablamos en términos modernos? porque anteriormente en los carnavales...lo hoy feo era lo bello, lo exótico era lo lindo, lo desproporcionado era lo fascinante (hoy también pero en la pornografía)...claro todo hasta que vino Erasmo de Rotterdam y sus buenas costumbres